martes, 9 de enero de 2018

Sin tu espalda delante.

Un día más, un poco menos,
una arruga que no conoces,
la cana que querría que arrancaras.
Una anécdota más
que nunca escucharás y
te hubiera hecho llorar de risa.
El beso más bonito,
que sólo Morfeo guarda en su recuerdo.
Un café frío,
que nunca se hizo,
un despertar vacío
sin tu espalda delante.
Me agarro a tu pierna,
y mis brazos golpean mi pecho,
una columna de humo
es ahora tu silueta,
una imagen que se va borrando,
sentada al borde de mi cama.
Y yo me quejaba de un me voy,
que sabía que era boomerang con vuelta,
ahora el destrozo del adiós
sin fecha,
no tiene forma ni estructura.
Son como las piezas de lego,
para una edad demasiado temprana,
recompongo figuras atroces de mí mismo,
cuando con tus manos podías
convertirme en una figura soñada.
Pero hay esperanza,
hay tiempo,
sueño con la estación
que haga que nuestro ojos se encuentren,
y corran como siempre a decirse…

nada ha cambiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario