martes, 30 de enero de 2018

El sabor de tu melodía.

Y fuiste canción soñada,
mi tono de llamada,
melodía de despertador
que me sacaba una sonrisa.
Eras el tema de mi vida,
el soniquete que no se va
de la cabeza,
tocadiscos mental,
acorde perfecto y soñado.
Podías ser el estilo
que tú quisieras,
cada día uno e igual de bonito
que el anterior,
todos tus ritmos me hacían bailar.
Me hacías vivir las más bellas
baladas,
y follar con el heavy más puro.
Los grandes compositores
soñaban contigo,
pero eras partitura imposible
porque sólo te dejas tocar
cuando tú quieres.
Sonabas a veces
a canto de pájaros,
otras a lluvia,
y las menos a tormenta.
Me encantaba ponerme
los cascos entre tus piernas,
y descubrir a que saben las canciones.
Y ahora que estás lejos,
te recito de memoria,
porque podré escuchar otras canciones
pero nunca olvidas tu preferida.
















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