Y hablo,
defiendo no sé qué causa perdida,
siento tu indiferencia y
la convierto en mi engaño.
Porque cómo palabras dichas
no pueden tener sentido,
cómo la llama que ardía
iba a servir de nevera.
No entiendo nada,
tú no sabes nada,
no estoy dentro de ti,
no tengo poder,
no te relames los labios,
ni siquiera soy un recuerdo,
pero yo no dejo de pensar en ti.
Me peleo con la gente,
por defender causas que
a ti te resbalan,
que no te suenan,
que a mi me matan.
Escribo con agua en mis dedos
de lágrima de largo recorrido,
de una noche mas de buscar consuelo.
Lógicamente,
él me mira con dulzura,
pero no me ha entendido.
Porque yo creo en ti,
mujer única que estás en mi cielo,
venga a mí tu risa
santificados sean tus labios,
deja las oraciones para otros
mientras follamos y
nos comemos la vida.
Porque queríamos eso,
nacimos para eso,
pero quién es valiente en el siglo XXI,
quién se sienta en una escalera a esperar,
sabiendo que mañana es el último día del padre,
del primo y del que está esperando.
Yo sólo te pido,
que si te quedan miradas por dedicar,
no le pongas a tu autógrafo…
con cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario