miércoles, 19 de abril de 2017

Regazo

Simplemente me senté en tu regazo,
allí jugué a adivinar el color de los coches
de cualquier desconocido.
En aquel otro regazo,
jugué a contar palillos,
a mostrar mi torpeza y
sacar su risa.
Esta vez el regazo era de mujer,
y me acariciaba la espalda,
me dormía y me escondía de la tormenta
que azotaba a mi familia.
Hubo de otro regazo del que salí,
en el que nunca me quise sentar,
porque era frío y cortaba.
Cuantas historias en este otro regazo,
con acento del sur y palabras del norte,
con mitología que me hacía soñar y me convirtió
en trovador para siempre.
Todos los niños que he sido,
buscaron siempre el amor en un regazo,
pero siempre hubo uno preferido,
donde apoyar mi cabeza para que acariciaras
mi pelo.
Y ahora te preguntas por qué te quiero,
porque me vuelves a la infancia,
a paraíso olvidado,
porque me has devuelto

lo que pensé que había perdido para siempre.