No vi su espalda
al marcharse
al marcharse
y quizás ese sea
el problema.
el problema.
Sin una
despedida
a la que agarrarse
todo era
caída.
Porque las palabras escritas
no
dan calor
en este eterno
invierno,
no cuando tu mirada
podía haber sido dos
piedras,
ya aprenderé a hacer
fuego.
No vi su boca decir
adiós
y quizás esa sea
una respuesta.
Que fácil es esquivar
lo que no escuchas,
hacerse el sordo
en un
mundo que
para los demás es un
grito.
Que fácil es seguir
escribiendo
tu propio
libro
cuando te han escondido
el punto
final.
No sentí tu mano
en mi mejilla…
y
por eso seguí vivo
mirando la tapa de mi
ataúd.
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