Nacisteis
en cunas de oro,
bebisteis
leche de dioses,
crecisteis
caminando sobre pétalos.
Todo
para convertiros en hedor
y creer
que al final del camino
el color de vuestra piel
o vuestro camuflaje de marca
no es lo que os hace
mejores.
Por muy grande
y de mármol que sea
vuestro mausoleo...
vuestros huesos
tendrán el mismo color
que el nuestro y
los gusanos
no nos diferenciarán.
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