jueves, 21 de enero de 2021

Pañuelo de lágrimas.

He visto mis poemas
vagar sin rumbo, 
como palomas mensajeras 
que nunca llegaron a su destino. 
Los he visto prostituirse, 
mentir, 
mirarme a los ojos y 
no reconocer a su dueño. 
Poesía absurda 
que junta palabras   
y no duele, 
ni ríe 
ni juega. 
Pero de vez en cuando, 
por azar, 
o por destino, 
se convirtió el papel 
en el pañuelo 
que dejó mi rostro 
libre de 
lágrimas.

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